Los entrenadores de selecciones nacionales como Lionel Scaloni suelen toparse con varios dilemas. Uno, importante, es determinar en qué posición colocar a los intérpretes. Y ahí se pueden chocar el sentimiento con la realidad. Podría suceder, por ejemplo, que a un técnico le guste un futbolista en un puesto y que en su club juegue en otro. ¿Qué hacer entonces? “Es muy raro que un jugador en su equipo pueda jugar de la misma manera en la Selección. Cada entrenador tiene su librito”, soltó el nacido en Pujato en la previa al duelo contra Paraguay. Pero después puso a Alexis Mac Allister de mediocampista central, tal como juega en Liverpool de Inglaterra, y el pampeano la rompió.
No es caprichoso Scaloni y eso es virtud. Es posible que al entrenador campeón en Qatar le seduzca más la idea de iniciar con Enzo Fernández de 5 y con Mac Allister por la izquierda. Así jugaron en el Mundial y en la primera fecha de las Eliminatorias contra Ecuador. Pero ahora los futbolistas juegan invertidos en sus equipos (Fernández se soltó desde la llegada de Mauricio Pochettino a Chelsea) y el pujatense no dudó en cambiarlos. Se sabe: en las selecciones no hay demasiado tiempo para ensayar.
Adenor Leonardo Bacchi, mayormente conocido como Tite, pasó por algo similar cuando dirigía a Brasil en 2018. Muchos lo criticaban porque ponía a Neymar de extremo y no por el centro del ataque. “Acá tenemos un encaje bien definido. ¿Neymar juega como en Barcelona? Sí. Es preciso adaptar lo que hacen en sus equipos porque yo no tengo tiempo para entrenar. Solo hago ajustes en funciones que los futbolistas ya dominan”, le explicó en su momento el técnico al diario El País de España.
“El trabajo que hice es más o menos como el que vengo haciendo en Liverpool. Es una nueva función para mí y me siento cómodo. Scaloni obviamente me pide que maneje el equilibrio del equipo, que tenga cuidado a la hora de irme y que ayude en los relevos. Es una posición que me gusta mucho porque entro mucho más en contacto con la pelota”, explicó Alexis tras la victoria en Núñez. Y amplió: “Quizás tengo que defender más, pero ayuda cuando el equipo está cerquita: se hace más fácil recuperar”.
“Las posiciones de Enzo y Alexis tienen libertades. Ya dije que los dos pueden jugar en un puesto o en el otro. No es descabellado pensar que en un partido pueda invertirlos. Enzo entre líneas hizo mucho daño y Alexis encontró fácil los pases”, resumió Scaloni.
Mac Allister fue la figura en la fresca noche del Monumental. Algunos datos: recuperó 8 pelotas (la mayoría en campo rival), entregó bien 78 de los 82 pases que intentó y ganó 7 de 12 duelos individuales.
El choque contra Paraguay tampoco fue uno más para Alexis: su abuela paterna Verónica de 90 años pudo verlo por primera vez en un estadio. A la emoción la contó el Colorado (el padre, Carlos Javier) en sus redes sociales.
No es un volante central convencional Mac Allister, claro. Realizó las inferiores como enganche en Argentinos y la mayor parte de su joven carrera, que tuvo un paso por Boca, la jugó como ofensivo. Recién en Brighton, bajó las órdenes del entrenador del británico Graham Potter, empezó a moverse como mediocentro, casi siempre compartiendo el campo con un compañero. Ahí adquirió conceptos y le fue tomando el gusto al puesto.
Mac Allister es un futbolista perfecto para llevar adelante una idea ambiciosa de juego. Por eso encaja sin problemas en la imparable Scaloneta. El buen pase, tanto corto como largo, y la visión de juego son cuestiones innatas en Alexis. Por su naturaleza de enganche, no suele meterse entre los centrales para iniciar las salidas, sino que se adelanta para buscar un posición alta en el campo. Y esa ubicación adelantada le permite también recuperar más cerca del arco rival que del propio. Algo más: es muy intuitivo para anticipar las jugadas.
Los números le sonríen a Alexis, ya que nunca perdió con la camiseta de Argentina: ganó 16, empató 4 y marcó un gol (con Polonia en Qatar). Vale recordar que no jugó en la caída contra Arabia Saudita.
Juega con naturalidad Mac Allister, como si fuese un veterano de miles de batallas y como si conociera el puesto de volante tapón de toda la vida. Al cabo, se trata de un futbolista de jerarquía y que ya es campeón del mundo.
